ROLAND BARTHES Y SU ANALISIS
TEORICO DEL MITO
Por: Israel Macías Hernández.
INTRODUCCIÓN
A lo
largo de la historia el ser humano ha buscado explicarse el sin numero de
fenómenos de diversos tipos que ocurren en el mundo, sin embargo no siempre es posible
encontrar alguna explicación lógica y razonable. Debido a esto es que han surgido
los rumores, leyendas y mitos. Como distintas formas de resolver la necesidad natural
humana de explicación respecto a ciertos fenómenos, cosas y situaciones que le
ocurren en la vida cotidiana, desde el explicarse una tormenta eléctrica
argumentando que los dioses están iracundos hasta la idea de que la tierra es
plana. Saberes que al paso del tiempo y debido a la evolución del conocimiento
científico y la tecnología es posible desmitificar y darles una explicación
razonable o descartarlos del imaginario social.
Sin
embargo es solo en una de estas formas del ser humano de explicarse el mundo,
esta es el mito y es en este en el que centro este trabajo y en el cual pretendo describir
y analizar de forma breve, enfocando el
desarrollo y análisis del mismo en dos apartados que describen la forma en que
se puede abordar su estudio y la forma en que se estructura. Para ello me baso
en el segundo apartado del texto “Mitologías”,
del autor Roland Barthes, y que lleva por nombre “El Mito Hoy”. Texto en el que el autor plasma un análisis sobre
del mito, con un enfoque dirigido a la semiología. Una vez desarrolladas las concepciones teóricas
del autor sobre las causas y la estructura del mito, concluiré este trabajo
presentando las impresiones personales que me dejan el análisis de este tema,
no en una apartado exclusivo para las conclusiones sino que estas estarán
inmersas en la segunda mitad del segundo subtitulo de este trabajo y en el cual
presento a mi consideración el análisis mas representativo de este trabajo.
El Estudio del Mito, el Mito Dentro del Mito.
Si
bien el mito es concebido en el imaginario social como aquella explicación poco
confiable de algún fenómeno cualquiera,
basada en suposiciones, leyendas, creencias populares que pueden ser endémicas
de alguna cultura determinada, construcciones ideológicas o discursos
pseudocientíficos que no pueden ser comprobados objetivamente, en fin,
cualquier conocimiento de características abstractas y subjetivas. El mito en
realidad encierra en si mismo características semiológicas (de significados)
muy complejas y variadas según el contexto en que este se desarrolle. Para el
análisis del mito es necesario contar con conocimientos científicos previos
sobre comunicación, antropología y semiología, debido a que para desenmarañar
la estructura del mito se necesita saber como funciona su dinámica, que es lo
que representa en las relaciones sociales, y que uso y función tiene en la
comunicación interpersonal. Para esto R. Barthes refiere en su obra que el mito
no se puede definir con base en el objeto de su mensaje, sino por la forma en
que este se formula y expresa; es decir: para estudiar al mito, es necesario
realizar una abstracción de conocimientos,
hacer una división entre el mensaje (la información) que este lleva en
su interior y la forma en que esta se articula, pues para el estudio del mito
interesa la forma en que este surge. Para dejarlo más en claro, visualicemos el
circuito del habla, ese pequeño esquema que se nos explica al estudiar la
asignatura de español en la primaria, y que se compone de los siguientes
elementos básicamente: emisor – mensaje – receptor.
Este
circuito puede llegar a analizarse de manera más compleja pero para nuestros
intereses lo anterior será suficiente. Al estudiar ¿Cómo se da la comunicación
entre dos personas? No nos enfocamos en el mensaje, es decir: de lo que se
habla entre esas dos personas, puede ser una charla sobre el clima, un saludo,
etc. Pero lo que nos interesa saber es que hay una persona que habla (emisor) y
una persona que lo escucha (receptor) y
lo que se dice es el mensaje. Es igual al estudiar el mito como una categoría
de análisis y como parte de la acción comunicativa, no debe interesarnos de que
mito se habla, (dios, brujas, el surgimiento de bello en la mano por
autoerotizarse, etc.) sino la forma en que este se articula. Y para saber esta
forma en que se estructura el mito es necesario recurrir a la ciencia llamada
semiología, debido a que es esta la encargada del estudio de los significados
(entre otras cosas). O como lo menciona Barthes en su texto “La
semiología es una ciencia de las formas,
puesto que estudia las significaciones independientemente de su contenido…” pp.
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El Mito Como Representación
Una
vez que se identifica a la acción comunicativa “mito” como un objeto de estudio, es necesario considerar que el
mito siempre es la representación de un saber (un “algo” al que Barthes llama “materia”) y que esta representación
puede surgir como diferentes tipos de lenguaje, ya sea gráfico o hablado. Se
debe tener en cuenta que la semiología se basa la teoría de significantes, en
donde a cada significante le pueden corresponder uno o varios significados. Y la unión del
significante y el significado devienen en un tercer término que es el
signo. Un ejemplo de esta relación es el
siguiente: se dibuja una cruz en una pared, (la cruz seria el significante), en
este caso la cruz no me dice mucho, pero que tal si la pinto de color rojo, en
ese caso le estoy concediendo un significado que es el del símbolo de la organización
internacional cruz roja de auxilio medico. Así pues esta cruz roja se convierte
en un signo representativo. Pero si esa cruz estuviera pintada de color negro
sobre una placa amarilla al lado de un camino, estoy representando un cruce de
calles próximo. Estos son ejemplos parecidos a los que describe Barthes en su
obra, pero en mi caso describo estos por que quiero explicar un punto que a mi
parecer Barthes no menciona en su análisis, y es que si bien la semiología involucra
el estudio de la relación significante –significado, también involucra el
análisis del contexto en que se desarrolla esta relación, ya que depende mucho
del tipo de contexto, la interpretación del signo, como lo trate de explicar
con los ejemplos anteriores. El contexto junto los conocimientos previos de lo
que pudiera representar el signo que se percibe, es lo que permite la
decodificación e interpretación de la información representada en los signos.
Esta
forma de representación de la información, la podemos observar en la estructura
del mito, solo que con variaciones en sus objetivos. Lo anterior debido a que
la función del mito es la de deformar la información, y con deformar, no quiero
decir destruir o sustituir la información,
(la cual es
concebida en el imaginario social como de naturaleza objetiva, verídica y real
de lo contrario se le concibe como desinformación o mentira) ni
tampoco que al deformarla el mito la convierta en mentira. Lo que quiero decir
es que el mito contiene información en si mismo y esta es la que le da forma y
vida como una acción comunicativa en las relaciones y representaciones
sociales, y esta información si bien puede ser categorizada como poco creíble,
o irreal en un primer momento de juicio, esta no deja de ser información, no
pierde su naturaleza, ni su estructura ni su función comunicativa o
representativa.
Así
pues el mito presenta dos sistemas semiológicos como parte de su estructura, el
primero es nombrado por Barthes como lenguaje
objeto, y se compone de un significante, uno o mas posibles significados y
el signo resultante. Sin embargo la característica distintiva de este sistema
es que busca la representación de la información específica contenida en el
lenguaje, es decir: en este sistema el significado es captado y entendido de
forma directa sin muchas dificultades, ya que en este sistema el mito no
aparece como tal, sino en el segundo. Al segundo sistema le nombra metalenguaje y se compone de igual forma
que el lenguaje objeto, pero con la variante de que es en este en donde suele
aparecer el mito, ya que se parte del signo resultante en el primer sistema
(del lenguaje objeto) para la deformación de la información, ya que la
información contenida en el lenguaje objeto, es reducida a símbolos, a signos
sin decodificar y es aquí en donde se le presenta la oportunidad al mito de
deformar la información con el significado.
Conceptos Propuestos por el Autor
En
el análisis de la estructura del mito, Barthes formula conceptos teóricos para
nombrar las variantes del significado, significante y del signo, de los dos
sistemas semiológicos que componen el mito, ya que como se reviso páginas
atrás, el metalenguaje deviene del lenguaje objeto y ambos contienen en su
estructura los mismos tres componentes pero categorizados de diferente forma.
Así
pues considerando que el significante en el mito se encuentra al final del
sistema lingüístico y al principio del sistema mítico, formando así una cadena
continua. Para distinguirlos Barthes denomina al significante lingüístico como sentido, y al significante mítico como forma. Al significado en ambos casos le
denomina concepto y al signo también
en ambos casos, significación. Explicando
al respecto de esta diferenciación de las categorías de análisis que propone,
la forma en que se relacionan o combinan puede cambiar la función del sistema.
Esto es:
Cuando
el significante (sentido) pertenece al sistema de la lengua, (lenguaje objeto)
el significado es llamado (concepto) y el signo que es la resultante de la
combinación de estos dos es llamado significación. Y cuando el significado se
encuentra en el sistema del mito (metalenguaje) es llamado (forma), y el
significado y el se mantienen igual
(concepto y significación). Sin embargo la diferencia entre forma y sentido es,
que en el sentido el significante tiene una riqueza de información, es
representativo de la historia, del contexto, una memoria, un orden comparativo
de hechos y de ideas razonables que demuestran que el sentido ya esta
construido sobre una significación, lo que le permite sustentarse. Y en la
forma el significante se despoja de todo
sentido, de historia, de ideas, de contexto, y solo quedan letras por así
decirlo, solo quedan signos que si bien pueden representar algo como las
simples pictografías (A, E, I, O, U) o símbolos como el ejemplo de la cruz, son
solo captados como una simple imagen sin información que decodificar, son solo
imágenes o palabras sin sentido útil, lo cual sucede pese a la característica
del significado que puede tener varios significantes. Por ello para que el mito
cobre vida, necesita que la forma (significante en el mito) retome el sentido
(significante en la lengua) del lenguaje objeto, para así tener información que
deformar, modificando en algunos puntos la estructura de la información
intercambiando lo objetivo por lo subjetivo y lo racional y comprobable por lo
subliminal y objetable.
Esto
se logra al modificar el enfoque, el contexto y la forma en que se codifica el
mensaje, pues el mensaje que en un principio contiene información lógica. Es
modificado por otro elemento, mismo que considero no se menciona en el análisis
de Barthes, este es el individuo, el ser humano. Pues este el que al transmitir
la información, como un mensaje mediante cualquier forma de lenguaje (oral,
escrito, mímico, etc.) tiene la capacidad de modificarlo en el momento de
expresarlo o interpretarlo, según su propia concepción ideológica y
cultural. Es por ello que el mito no posee
la característica –contrario a lo que pudiera pensarse– de ser perpetuo, esto
es: que el mito a través del tiempo esta condenado a perecer, a alterarse, pues
se basa en la historia y la historia con su proceso de evolución y de
iluminación en el conocimiento, es quien determinado momento decide sobre el
futuro del mito cualquiera que este sea, decide si desaparece, se transforma o
continua o trasciende en el escenario social.
BIBLIOGRAFÍA
Barthes,
Roland: “Mitologías”, Apartado II El
Mito Hoy. Siglo XXI. México. 1999. Pp. 118 – 150.
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